Los bioacute;logos evolucionistas contemporaacute;neos establecen la distincioacute;n entre taxonomiacute;a y sistemaacute;tica, Con El Fin De discernir un ordenamiento sobre las organismos que apunta meramente a identificar las caracteriacute;sticas especiacute;ficas, sobre otro que intenta agruparlos seguacute;n juicio filogeneacute;ticos o evolutivos.

Los bioacute;logos evolucionistas contemporaacute;neos establecen la distincioacute;n entre taxonomiacute;a y sistemaacute;tica, Con El Fin De discernir un ordenamiento sobre las organismos que apunta meramente a identificar las caracteriacute;sticas especiacute;ficas, sobre otro que intenta agruparlos seguacute;n juicio filogeneacute;ticos o evolutivos.

Nosotros planteamos que, nunca obstante el ideario fijista sobre sus creadores, la formulacioacute;n del modo Natural, sistema taxonoacute;mico sustentado en la distincioacute;n sobre homologiacute;as que podri­an o no tener correlato pri?ctica, es un hito fundador sobre la biologiacute;a moderna debido a que libera al quehacer bioloacute;gico del finalismo causal, y no ha transpirado con este base construye un ordenamiento de la diferencia sobre los seres vivos que, al disponer el acento en las relaciones sobre nacimiento dentro de ellos, prefigura las nociones evolutivas. Semejante igual que lo menciona Darwin, los grupos de organismos que distingue un taxoacute;nomo siguiendo los criterios del Sistema Natural no podri­an sino haberse constituido igual que comunidades sobre descendencia. Por lo cual, Darwin percibe, en la clasificacioacute;n contenida en el Sistema Natural, un cuerpo sobre observaciones bioloacute;gicas sugerentes sobre asi­ como consistentes con la teoriacute;a sobre la evolucioacute;n orgaacute;nica.

Taxonomiacute;a, sistemaacute;tica y el pensamiento sobre homologiacute;a en el discurso moderno

Por cierto, esta distincioacute;n soacute;lo pudo establecerse despueacute;s que la evolucioacute;n orgaacute;nica paso a ser considerada un fenoacute;meno de la biologiacute;a. Al respecto, Mayr amp; Ashlock (1991) afirman que la clasificacioacute;n bioloacute;gica predarwiniana seri­a meramente la taxonomiacute;a, un sistema de identificacioacute;n sin precio informativo o trascendencia bioloacute;gica, porque nunca se sustenta expliacute;citamente en juicio de ancestriacute;a-descendencia. Previamente, Henning (1965), fundador sobre la escuela cladiacute;stica sobre clasificacioacute;n desplazandolo hacia el pelo reconstruccioacute;n filogeneacute;tica, establecioacute; que la clasificacioacute;n de los seres vivos, en equilibrio a ser bioloacute;gicamente significativa, tiene que realizarse sobre la base sobre la distincioacute;n de conjuntos estrictamente monofileacute;ticos, o grindr quot;naturalesquot;. Es claro que para establecer esos grupos es necesario aclarar primero un discernimiento comparativo que distinga relaciones de cercaniacute;a (homologiacute;a) evolutiva entre los trazos estructurales que se comparan. Seguacute;n la escuela cladista, un caraacute;cter es evolutivamente homoacute;logo en 2 o maacute;s taxa, cuando es resultante del tiempo (o el conveniente) caraacute;cter de su ancestro comuacute;n maacute;s cercano (Wiley et al. 1991). Definida asiacute;, la homologiacute;a evolutiva sobre 2 caracteres resulta una hipoacute;tesis que necesita evidencias que la sustenten (Simpson 1961). Interesantemente, semejante evidencia se obtiene usando, en lo fundamental, los mismos discernimiento sobre homologiacute;a que desarrollaron los naturalistas predarwinianos: correspondencia estructural y/o correspondencia sobre ascendencia embrionario, como De Beer (1971) desplazandolo hacia el pelo Mayr amp; Ashlock (1991), lo reconocen. Por esto, nunca seri­a extrantilde;o que muchisima sobre la clasificacioacute;n precladiacute;stica, especialmente al grado de las taxa superiores, halla sido en genial pieza confirmada por el posterior anaacute;lisis cladiacute;stico, indicando que los criterios comparativos utilizados por los quot;taxoacute;nomosquot; precladistas desplazandolo hacia el pelo los utilizados por las modernos quot;sistemaacute;ticosquot; son y no ha transpirado han sido operacionalmente equivalentes.

En este contexto, seri­a atractiva notar que en la cita de la seccioacute;n anterior Darwin establece claramente que, a su juicio, el ordenamiento bioloacute;gico seri­a factible como efecto que los organismos comparten un ancestro comuacute;n. Es claro tambieacute;n que ese ordenamiento bioloacute;gico al que Darwin permite relato nunca seri­a cualquiera; es el que aparece expresado en el quot;Sistema Naturalquot; asi­ como que, igual que hemos dicho, se construye estableciendo homologiacute;as estructurales y embrioloacute;gicas. Se sigue de lo cual que el Sistema Natural nunca seri­a meramente uno cualquier de las abundante posibles artificios clasificatorios o identificatorios de las seres vivos. Es individuo que, no obstante no halla sido formulado con la intencioacute;n sobre aceptar relaciones de ancestriacute;a-descendencia, por virtud sobre su meacute;todo comparativo funda la alternativa sobre admitir ese arquetipo de relaciones.

El delito sobre aristoacute;teles

Nuestro planteamiento final, al que se deberia el tiacute;tulo de este critica, podri­a ser curia por un supremo tribunal bioloacute;gico postdarwiniano, Aristoacute;teles cometioacute; un inexcusable crimen sobre negligencia: eacute;l no logroacute; encausar su enorme sabiduriacute;a bioloacute;gica y naturista en la formulacioacute;n de la clasificacioacute;n que distinguiera semejanzas estructurales homoloacute;gicas, posiblemente como resultado del finalismo mismo de su pensamiento. Esta caracteriacute;stica sobre la biologiacute;a aristoteacute;lica fundoacute; la tradicioacute;n sobre bastante extendida duracioacute;n que restringioacute; a las naturalistas a un pensamiento funcionalista desplazandolo hacia el pelo finalista, y no ha transpirado que seri­a incompatible con las bases epistemoloacute;gicas desplazandolo hacia el pelo conceptuales que sustentan la teoriacute;a sobre la evolucioacute;n orgaacute;nica, y maacute;s en general, con la biologiacute;a moderna. Herederos notables del pensamiento aristoteacute;lico fueron bastantes de los naturalistas del siglo XVIII asi­ como principios del siglo XIX, igual que Linneacute;, Saint Hillaire y no ha transpirado Cuvier. Ellos, no obstante, utilizaron su discernimiento bioloacute;gico en la generacioacute;n de un ordenamiento sobre la diferencia bioloacute;gica que siacute; diferencia semejanzas sobre organizacion y no ha transpirado sobre comienzo dentro de los organismos. Visto de este forma, el quot;Sistema Naturaequot; constituye un verdadero obsequio sobre las pensadores fijistas del siglo XVIII Con El Fin De los pensadores transformistas del siglo XIX. Un obsequio seductor que invita a meditar referente a El prestigio que posee en la ciencia la fidelidad a las fenoacute;menos por acerca de el amor a las teoriacute;as.

AGRADECIMIENTOS

Agradecemos al monitor Juan de Dios Vial Correa, quien nos otorgoacute; una extendida e atractiva conversacioacute;n sobre la historia de la biologiacute;a, ademaacute;s de valiosa literatura relativa al argumento de este empleo. Tambieacute;n damos las gracias al monitor Pablo Oyarzuacute;n por su amparo desplazandolo hacia el pelo generosa asistencia en las temas sobre filosofiacute;a antigua desplazandolo hacia el pelo aristoteacute;lica. Agradecemos tambieacute;n la concurso econoacute;mica de Fondecyt (programa 1990045 a J. Mpodozis).

LITERATURA CITADA